vive experiencias únicas
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Qué mejor forma de conocer La Habana que en el asiento trasero de un almendrón? Estos desvencijados coches americanos de los años 50, cuyo peculiar nombre proviene de su parecido con una almendra,
Considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, el Cristo Redentor es una estatua de 30 metros de altura de estilo art déco que corona el cerro del Corcovado a 710 metros de altura.
Paseo en almendrón
Cristo del Corcovado
Considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, el Cristo Redentor es una estatua de 30 metros de altura de estilo art déco que corona el cerro del Corcovado a 710 metros de altura. Inaugurada en 1931, fruto del trabajo del escultor francés de origen polaco Paul Landowski y del ingeniero brasileño Heitor da Silva Costa, su presencia es visible desde casi cualquier parte de la ciudad y sus brazos abiertos parecen dar la bienvenida a locales y foráneos y simbolizan la hospitalidad y devoción del pueblo carioca. Para acceder a la cima, solo deberás tomar el colorido tren del Corcovado y disfrutar de un agradable paseo de unos 20 minutos a través del Parque Nacional Tijuca: cuatro mil hectáreas de naturaleza y selva tropical en pleno corazón de Río de Janeiro lo hacen el parque urbano más grande del mundo. Una vez arriba, tendrás unas vistas incomparables del Pan de Azúcar, de las nacaradas playas de Copacabana e Ipanema y de la bahía de Guanabara, una de las más bellas del mundo.
Bem-vindo ao Rio de Janeiro!
¿Qué mejor forma de conocer La Habana que en el asiento trasero de un almendrón? Estos desvencijados coches americanos de los años 50, cuyo peculiar nombre proviene de su parecido con una almendra, se han acabado convirtiendo en una de las imágenes más icónicas de Cuba y uno de los mayores reclamos turísticos de la isla caribeña. Fords, Plymouths, Chevrolets, Packards, Dodges y Cadillacs son conducidos por simpáticos chóferes convertidos en improvisados guías que te harán sentir como una estrella de la época dorada de Hollywood, sentado en el enorme asiento trasero de estos museos rodantes capaces de burlar los avatares del tiempo. Sin duda, un paseo en almendrón constituye una oportunidad única para revivir la época dorada del automóvil americano y disfrutar de las esencias de la cultura cubana, su ingenio y su encanto.